Miguel Ángel Vázquez
<mangel.vazquez@unespa.es>
Subject: Crónica de la Pepealia 2000 (para reír)
30 julio 2000
Todo ocurrió en un bello y excelente restaurante de Barcelona,
bueno, más bien en un lugar de Barcelona donde Cristo perdió
los tres Avemarías, porque la mayoría de nosotros llegamos
allí con bastante esfuerzo y Xavier Fages, como en el postrer saludo
a este cronista reconoció contrito, ni siquiera sabe ir desde esa
punta de Barcelona a Madrid. Se llama el lugar Can Travi Nou y aquí
mismo queda recomendado para todo apuntero gustoso de la buena cocina
catalana.
Allí fue donde, desde las doce horas, empezaron a dejarse caer
diversos miembros de la lista Apuntes, miembros asimismo de la lista Talobiupepe, lista
independiente dependiente de Apuntes, no sé si me explico. En esta
lista, durante tres meses, alrededor de cincuenta esforzados apuntistas
han conspirado para montar un merecido homenaje a José Martínez
de Sousa, aquí queda dicho, uno de los intelectuales más
destacados de esta España actual.
La cosa era tal que así: oficialmente, doce personas estaban
citadas en el restaurante para un almuerzo más de los que en Apuntes
se celebran de cuando en cuando. Pero en realidad eran 35 las personas
que allí iban, procedentes de Madrid, de Barcelona, de Valladolid,
de Salamanca, de Boston, de Nueva York, de Buenos Aires Teóricamente,
todos los conspirados llegaríamos antes de las 13 horas, momento
en que tenía señalada su llegada Pepe, su mujer, Pilar, su
hija, Cris, y su nieto, Óscar. Teóricamente porque, para
empezar, la Muñidora Mayor del evento, María Barbero, estaba
por Tarragona y llegaba en coche y pilló un atasco metropolitano
que prácticamente provocó que llegara la última (el
último fue Xabier Armentaritz, pero a eso ya llegaremos en su
momento).
Por cierto, que yo a María la vi llegar con Zedelka; pero como no
me meto en la vida de las personas más de lo imprescindible, lo
anoto sin más comentarios.
Este cronista y su señora llegaron y aparcaron frente al
restaurante
y, al no haber nadie aún (bueno, luego supieron que una figura errante
que deambulaba por la zona era Alejandra Devoto) se fumaron sendos
cigarrillos
con la mirada puesta en la entrada. Así fue como vieron llegar a
Alberto Gómez Font y Pedro García Domínguez. Ambos
impecables, especialmente Pedro, tocado con sombrero de verano que, de
espaldas, le da un aspecto inconfundible de estampa de cuadro de Urculo.
Alberto, con un ramo de rosas en la mano. Ni qué decir que la
parejita,
así reposada en nuestras lejanas retinas, daba todo el aspecto de
pareja de hecho bien consolidada en trance de aniversario.
Nos instalamos en el patio al que da el comedor que se nos había
reservado y fuimos viendo llegar a la gente. Es imposible glosar todas
y cada una de las llegadas, pero algunas, verdaderamente, lo merecen. Pues
majestuosa fue la llegada de Christopher Robbins, estudiado pelo entrecano
cardado, americana de verano blanca bien entallada, vaqueros y camiseta
negros de nivel y ese calzado casual que usan los neoyorkinos para las
ocasiones queridas. De no ser porque Alberto avisó a este cronista
de la identidad del arribado, hubiera pensado que se trataba del letrista
de Celine Dion. Potente como un rayo fue la llegada de Cristóbal
Ramírez, periodista ferrolano, quien apareció con dos cuernos
en el culo. Y es que Cristóbal, que después confesaría
que posee siete ordenadores, llevaba, sí, dos teléfonos
móviles
enganchados del cinturón por la parte posterior, lo que le otorgaba
un aspecto inconfundible de Periodista Skywalker a la última usanza.
Portaba Ramírez una corbata de último diseño que hizo
las delicias de los apunteros; parece ser que está inspirada en
algún cuadro de expresionismo abstracto, probablemente titulado
"Orgía de brocha gorda".
Fue llegando la gente ¿qué gente? Bueno, aceptaremos el
reto, en el que probablemente fracasaremos, de hacer puntillosa nómina
de comensales. Alguno se quedará, seguro, porque este cronista tiene
que confesar que entre sus torpezas está la de no haberse hecho
con una lista de asistentes. Pero, aún así, ahí van.
· Estuvo Alejandra Devoto, casi un metro noventa, a ojo, de
argentinismo
sereno.
· Estuvo Alberto Gómez Font, con su tradicional vestir
y mover que te hace pensar que acaba de dejar la Hacienda tropical donde
capitanea la zafra.
· Estuvo Pedro García Domínguez, plenamente instalado
en la etapa barroca de su vida.
· Estuvo María Barbero, quien por mero genoma posee la
mitad de ese estribillo que dice "Cartagenera morena" y
traía
la otra parte también bien instalada en la epidermis.
· Estuvo Ángels Oliveras, acompañada de su hijo,
al cual ofendí gravemente hablándole de Figo (fue un error
de cálculo; estaba leyendo el "Marca" y creí)
· Estuvo BRB, quien provocó el único
"¿Queeeeeé?"
de toda la reunión cuando informó en público que se
dedica a la lingüística computacional.
· Estuvo Chris Robbins, pero no cantó "New York,
New York" a pesar de que, como queda dicho, parecía venir
preparado
para ello.
· Estuvo Cristina Márquez, junto con su marido y su hijo
y observándola descubrí algo: cuanto más se emociona,
más sonríe.
· Estuvo Jordi Minguell, que doblegó su querida Lleida
en honor a Pepe.
· Estuvo Xavier Fages, quien, arteramente, escondió su
kilamen dentro de un elegante conjunto negro (pero le pillamos; acabó
confesando su peso).
· Estuvo Zedelka, digno corifeo de María con su voz de
Rigoletto.
· Estuvo Cristóbal quien, luego lo sentiría, dio
en voz muy alta saludos a Pepe "desde La Coruña [sic]".
· Estuvo Carlos Mayor, que hace honor a su apellido.
· Estuvo Xavier Armendaritz, reo de confesión
pública.
· Estuvo Izaskun Fuentes Milani, que rizó el rizo:
engañó
a lo que engañaban, pues nadie sabía que iba a venir.
· Estuvo Marcial Souto, más conocido como "el hombre
que susurraba a los apunteros"; y su mujer, Mirta, la cual, según
pudo saber este cronista, es persona muy versada en términos
gastronómicos.
· Estuvo Concha París, teórica gran ausente que
alegró más, si cabe, la sorpresa que Pepe se llevó.
· Estuvo Federico Romero, amanuense de las salutaciones de los
ausentes (también de negro; ¿tanto se come en esta lista?)
· Estuvo Marizta Corriols, días antes preocupada por la
seguridad de las calles de Barcelona.
· Estuvieron Lamberto y Hildegard, matrimonio asilado en Barcelona,
plenos ejemplos de italiano y alemana españolizados casi hasta la
médula.
· Estuvo Roser, que tanto vale para lo que hace como para la
locución radiofónica. O para leer las Escrituras en misa,
aunque esto ya no se lleve tanto.
· Estuvo Carmen Ugarte, incansable güebera a ratos
perdidos.
· Y estuvieron este cronista y su mujer, ya se ha dicho.
Además de todos ellos, claro, Pepe y su familia. Llegaron puntuales
y pillaron a la conspiración en bragas, motivo por el cual los que
teóricamente no estábamos allí nos refugiamos en un
cobertizo donde Cristóbal escribía en ese momento una
crónica
para su periódico (según pudo comprobar este cronista, ha
desarrollado una postura sedente algo especial que le permite no clavarse
los móviles en las nalgas). Pepe el Zorro saludó a los
asistentes
y luego entró él solito en el cobertizo, oliéndose
algo. Allí le fuimos saludando uno a uno mientras él
mantenía
la compostura pues, explicó, la procesión iba por dentro.
Después tomamos unos aperitivos abundantes y sabrosos (durante
los cuales nos entretuvimos preguntándole constantemente a Maritza
si ya la habían atracado) y pasamos a comer una excelente fideua
seguida de salmón o pato, al gusto. Allí empezaron los
desparrames.
El primero que citamos, la intervención de Pedro, quien glosó
a Pepe con los atributos de la divinidad ("puesto que al parecer no
es filólogo, digamos que es el que es"; ya habíamos
tenido la discusión sobre cómo definir a Pepe cuando
Cristóbal
estaba escribiendo su crónica). Luego explicó que, en realidad,
Pepe es un hombre-objeto, en clara alusión a cómo lo utilizamos
todos en la lista. Pero lo cierto es que a Pepe le va la marcha, pues pese
al carácter festivo y relajado que se otorgó a la Pepealia
2000, él no dejó de trabajar. Sin ir más lejos, cuando
los conjurados de Madrid, con Berna Wang y Chusma Latorre al frente, le
llamaron para felicitarle, ocupó algunos minutos en explicarles
la diferencia entre sorprendente y sorpresivo. A este cronista también
le explicaría, tiempo después y en la hora del pago de la
minuta, los errores de estilo cometidos en el diseño del billete
de 5.000 pesetas.
Se inició la lectura de los mensajes de los ausentes, entre los
que cabe destacar la intensidad del enviado por Morty Weisselberg, la ternura
de Joana Serra y el ingenio de Nelson Verástegui. Este fue el momento
que Pedro García Domínguez eligió para abrir un brindis
por todo cristiano que fuera citado. Contélos: fueron 33 brindis
diferentes los que elevó Pedro aquella tarde (algunos con copa
vacía,
no se vayan a creer), y muy pocos se quedaron sin su homenaje. Y los que
así quedaron con seguridad lo merecen; yo fui uno de ellos.
Entre plato y plato, Carmen Ugarte, tirando de portátil propiedad
de la familia Márquez, le enseñó a Pepe la página
web que los conspirados hemos realizado en su honor, cuya url desconoce
este cronista pero que por alguien será facilitada ahora. Se
recomienda
visitarla, de hecho. Además de poder obtenerse en esta página
toda la información relevante sobre Pepe, se ha incluido una historia
de la conspiración por la que se creó la Pepealia, con
referencias
en algunos de los mensajes más importantes que generó la
lista paralela y un hallazgo sorprendente: un poema del siglo XIV dedicado
a la Pepealia que desempolvó Federico Romero de archivos ignotos
y que, oh casualidades que fabrica el cariño, Jorge de Buen
encontró
en su versión original en unos legajos guardados en México.
En terminando el segundo plato la gente ya había tomado un poquito
y llegó el momento de las confesiones. Aquí quien se
levantó
fue Xabier, quien tenía pena inconfesable que explicaba su tardanza
en llegar. Resulta que a Pepe habíamos decidido regalarle un
cederrón
que compila en facsímil algunas de las principales obras de consulta
para un lexicógrafo interesado en la historia de la lengua
española
(la obra de Nebrija, el primer diccionado de la RAE etc.) Abrumado por
la responsabilidad, cosa que es casi inimaginable en alguien que es el
del mismo Bilbao y que es capaz de decir "strangers in the night,
for lonely people we were strangers in the night" en eúscaro
y sin titubear, Xabier se había equivocado de equipaje y se
había
dejado el cederrón en casa. María Barbero era partidaria
de obligarle a peregrinar de rodillas hasta la mesa de Pepe, pero el Maestro
le perdonó. Eso sí, el cederrón se lo va a mandar
por correo, que, de lo contrario, le iba a perdonar San Olaf (que ya diremos
quién es).
Se me olvidaba decir que antes de todo esto Pepe, tal y como
querían
los moderadores, fue elevado en Triunfo a la antigua usanza. En efecto,
fue laureado con corona de laurel de la Sierra de Francia y ungido con
aceite de oliva de la misma procedencia (Pilar fue laureada pero no fue
ungida porque tiene mucho más pelo). Por cierto que este asunto
provocó no pocas discusiones en la lista paralela sobre el mejor
aceite de oliva del mundo. Reivindicando esa condición para los
aceites andaluces, Santi envió desde San Pedro Alcántara
dos botellas con variedades diferentes, primorosamente embotelladas para
la ocasión. Santi, esto te ha valido ganar la apuesta de largo,
como el propio Pedro te confirmará. Tu aceite saltó el charco
en las manos de Chris y Cristina (leñe, así escritos parecen
una versión cutre de The Carpenters). Así pues, una parte
de tu extraordinario sol y de la fantástica luz de tu tierra
está
a punto de fundirse con paladares americanos (que quizá algo nos
cuenten con el tiempo sobre los resultados de ello).
De las intervenciones de los apunteros destacamos algunas. Digna fue
la confesión de Chris Robbins, quien nos informó de que
había
empezado a practicar el español invadiendo la República
Dominicana
en sus tiempos militares; o la intervención de María, quien
hizo realidad su compromiso de cantarle una copla levemente erótica
a Pepe. Carmen Ugarte confesó su esquizofrenia
lingüístico-informática,
BRB (ya lo hemos dicho) nos dejó capitidisminuidos cuando
informó
de su ocupación, Marcial susurró su orgullo de haber sido
el editor de la Pepealia (él imprimió las páginas
de la web) y Zedelka confesó cosas inconfesables que aquí
no referiremos.
Regalos: faltó el de Xabier, pero no faltó una pila de
libros que llegó del mundo entero (de Boston, de Río de Janeiro
[desde donde Carlos Henrique y Ricardo Soca se hicieron presentes vía
fax], de Tokio), la propia web, un álbum de fotos de apunteros que
para Pepe compiló Tamra Suslow, y una pluma que, aunque no lo sepan,
todos los que están leyendo este mensaje le han regalado a Pepe
con el lema "De Apuntes a Pepe". Esta pluma tuvo dos justos hijos,
o mejor hermanos, porque también para Alberto y para Pedro hubo
una; digno homenaje para los responsables de que todo este montaje fuese
algún día posible.
Habló Pepe. Habló de la lista, de su espíritu,
de su funcionamiento y nos dejó patidifusos. Pero tengo el proyecto
de preparar una versión más seria de esta crónica
en la que deberé extenderme más en esta crucial
intervención.
Después hubo cánticos. Empezamos por el "Asturias,
patria querida" y cree no equivocarse este cronista cuando dice que
en los rostros de los asistentes foráneos los ojos brillaban con
la luz de la sorpresa. Luego cantamos "a contracapella"
melodías
gallegas y también "Desde Santurce a Bilbao". Pepe se
desabrochó un botón más de la camisa (a esas alturas
ya parecía un alférez retirado celebrando el desembarco de
Alhucemas) y dirigió el coro con pasión. No sé si
hay una relación causa-efecto, pero en ese momento los camareros
iniciaron movimientos tácticos para echarnos del comedor. En el
patio, delante de la misma puerta, cantamos o tarareamos el vals de las
velas con brazos y piernas entrelazados, sellando una tarde maravillosa.
¿Qué quién es San Olaf? ¡Tu patrón,
apuntero! El 29 de julio, fecha señalada para la Pepealia 2000
(sí,
lleva fecha; pues habrá Pepealia en el 2001, en el 2002, y aún
más allá) se celebraban varios santos y había que
elegir uno como patrón. La lista paralela se decidió por
San Olaf, argumentando con acierto que para una lista sobre el idioma este
santo da mucho juego, pues es muy aprovechable en el diseño de
palíndromos.
Instituida queda la fiesta y, de consuno, se repetirá.
Saludos,
Vázquez |