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Coplas fechas a propósito para el evento

(no sabemos si al itálico modo o en román paladino)

 

• Para y óyeme, ¡oh Sousa!, te saludo por Antonio Calvo Roy
• A Pepe por Santi
• El día 29 de julio por Santi
• Manuscrito anónimo (encontrado en algún lugar de la BN por Federico Romero)

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          I.
 Para y óyeme, ¡oh Sousa!, te saludo,
 y extático ante ti me atrevo a hablarte,
 pidiendo, desde luego, tu indulgencia,
 que aunque lo propio fuera el escucharte,
 hoy debes someterte a la paciencia
 y debes ser ungido y ser cantado
 y debe nuestro aprecio dejar claro,
 que como meretriz que nunca mengua,
 puede nuestro ratón de biblioteca,
 ser gran maestro en usos de la lengua.
 

          II.
 ¿Quién sabe dónde la coma
 se transforma en virgulilla?
 ¿Quién sabe si la cedilla
 era una letra de Roma?

 Qué gran invento es Apuntes,
 qué alfiler entre las pajas,
 cómo resuelve mis cuitas,
 cómo ayuda en horas bajas

 Si tengo una duda negra
 que me corroe en el alma;
 si no sé si tal palabro
 es de León o es de Palma

 Si entre mayus y entre minus
 culas en cualquiera caso,
 dudo como siempre dudo,
 con conocimiento escaso,

 redacto un escueto emilio,
 lo envío a la barullera
 y pronto tengo respuesta:
 viene de la troposfera.

 Pero no cualquier respuesta,
 aunque son respuestas prontas,
 que me responden con gracia,
 autoridades muy doctas.

 Entre las doctas más doctas,
 entre las joyas preclaras,
 que adornan nuestra tertulia,
 sobresale con voz clara

 Pepe Martínez de Sousa
 como quien no dice nada.
 Gramático, epigramático,
 hipergramático que habla,

de todo sencillamente,
de todo con elegancia.
 (Aunque hay veces que se enfada,
 dejemos de ello constancia.)

 Como a las aves que cazan
 los barones de don Mendo,
 nos alumbra y nos deslumbra
 con su saber estupendo,

 nos atiza un estacazo,
 de conocimiento inmenso,
 que nos deja tiritando,
 por lo sencillo y lo denso

 Reparte conocimientos,
 de la lengua es un Pelé
 y hasta siembra por los trigos,
 su última joya, el MELÉ.

 Pero de todas las normas,
 que aplica con gran rigor,
 por encima de doctrinas,
 más allá de su fulgor,

 sobresale en mi modesta,
 con más fuerza que el simún,
 la norma más normativa,
 la del sentido común.
 

          III.
 ¿Quién me enseña si no sé?
 José
 ¿Quién lo hace con sencillez?
 Martinez
 ¿Quién sabe de cualquier cousa?
 De Sousa

 Deste modo, sin excousa,
 todo remedio me alcanza,
 que me ofrece su enseñanza,
 José Martínez de Sousa
 

          IV.
 Pepe Martínez de Sou-
 querido lexicogra-
 venimos a honrarte un po-
 menos de lo que mere-
 que en todo caso adole-
 esta opípara comi-
 el que no esté en nuestra ma-
 sentarte a ti en la Acade-
 que sería de justi-
 para todos gran prove-
 siempre que a ti te toca-
 una letra minuscu-
 que no puedo ni imagi-
 si te ponen mayuscu-
 Nebrija vuelve a la vi-
 Casares salta en la tum-
 Andres Bello resuci-
 Si llega algún ignoran-
 diciendo que para Pe-
 el sillón de letra e-
 pero escrito en versali-
 No lo quiera el Dios del ci-
 que la letra mereci-
 del gran Martínez de Sou-
 debe ser efe peque-
 porque Apuntes está en e-
 por eso estamos aquí.

              Antonio Calvo Roy

A Pepe,

           En la ensalada de Apuntes,
           un lingüista sin rival
           pone su pizca de sal,
           no importa lo que preguntes.
           Es igual que no despuntes;
           no te preocupes y osa:
           Pepe Martínez de Sousa,
           presto, acudirá en tu ayuda,
           y resolverá tu duda
           con sapiencia primorosa.

           Siendo amable y generoso,
           está si lo necesitas;
           pondrá remedio a tus cuitas
           con mensaje prodigioso.
           Te inoculará reposo,
           conocimiento y consuelo,
           pues, de todos, es modelo
           de sensatez y cordura.
           En lengua y literatura,
           De Sousa ya toca el cielo.
 

           Loa a un apuntero insigne.

           En la lengua de Góngora y Quevedo
           de origen castellano y montañés,
           es Martínez de Sousa, Don José,
           el más sabio de todos, sin remedo,

           Voz preclara, henchida de razón;
           fácil verbo, conciso y cristalino.
           Del idioma, resuelve con gran tino,
           las trifulcas que crean desazón.

           En el ruedo de Apuntes es ayuda,
           timonel, faro, norte, derrotero...,
           luminaria que aclara cualquier duda.

           Su opinión deja el ánimo ligero;
           su voz refleja la verdad desnuda,
           sabiamente, con arte, con salero...

           No es su tono engolado y campanudo
           sino suave y cabal, aun siendo agudo.

           Con breves pinceladas, de maestro,
           se nos hace querer: don Pepe es nuestro.
           Santi